Por sorpresa este año esta ave considerada como el mayor depredador de los ríos ha anidado y criado en el Valle de San Pelayo

Originalmente los cormoranes eran tan solo invernantes, pero desde hace unos años se vienen asentando en algunos embalses del interior peninsular y por sorpresa, este año 2016, han anidado y criado en el Valle de San Pelayo, en una recula del embalse de Riaño. Esto no parece ser una buena nueva, pero si es importante noticiarlo para que conozcamos la verdadera situación de este problema que ya se alarga demasiado en el tiempo.

Ya está aquí el mayor depredador de nuestros ríos, el cormorán. El cormorán grande alcanza una envergadura entre 120 a 160 cm, de cuello largo y pico grueso tiene las patas palmeadas perfectamente adaptadas para el buceo. Su plumaje negruzco hace que también se le conozca como cormorán negro. Son sumamente ágiles en el agua y aprovechan esta facultad para depredar sobre los peces, son de digestión rápida y llegan a consumir quinientos gramos de peces al día. Cierto que se alimentan de toda clase de peces como carpas, alburnos escallos, bogas y barbos, pero tiene preferencia por las truchas y es en la época de freza, momento más delicado para ellas, cuando las atacan y esquilman, siendo esto un doble perjuicio para la continuidad de la especie, se comen las adultas y no permiten su reproducción.

Ya han tomado los embalses y prácticamente están por todos los ríos, especialmente en el Esla, Órbigo, Porma, Sil, Omaña y Cea. Los pescadores muestran su preocupación por esta invasión que tanto influye en el descenso de las truchas. Este hecho se lleva denunciando año tras año por asociaciones y clubs de pesca, pero tienen la sensación que la administración poco o nada hace.

En los años 90 los censos invernales de aves acuáticas en León cifraban totales de cormoranes que rara vez superaban los 100 ejemplares, pero en la última década los censos arrojan cifras de entre 400 y 600 aves. En el Censo de aves acuáticas invernantes en nuestra provincia, en el año 2012 llevado a cabo por GIA-León, los datos fueron de 464 ejemplares.

La población europea ya casi alcanza los 2 millones de cormoranes y es por esto que los países nórdicos, grandes reproductores de salmónidos, y los demás afectados como las asociaciones de pescadores profesionales y deportivos, empresas de acuicultura, científicos y representantes de los Estados miembros, han presionado al Parlamento Europeo para que actuara y pusiera freno a esta expansión tan perjudicial para sus intereses.

Así fue que, a finales del año 2008, la Unión Europea aprobó el Informe Kindermann como medida contra el aumento de esta especie. Considerando los daños innegables y demostrados causados a las empresas de acuicultura y a las poblaciones de numerosas especies de peces salvajes en las aguas interiores y costeras de la Unión. El Plan Europeo de gestión de los cormoranes, entre otras muchas actuaciones, insta a la Comisión y a los Estados miembros a que mediante la recogida regular de datos científicos proporcionen un inventario fiable de aceptación general sobre la población total, la estructura y los parámetros de mortalidad y fertilidad de las poblaciones de cormoranes en Europa. También prevé que los Estados miembros puedan adoptar medidas preventivas de contención para evitar prejuicios importantes, pero teniendo en cuenta que las matanzas indiscriminadas de cormoranes no son la solución puesto que la desaparición de ejemplares puede favorecer la instalación de nuevos individuos rápidamente.

El invierno pasado, en nuestra provincia y por Agentes Medioambientales, se establecieron 99 puntos de control en zonas de paso. Destacando la Comarca de La Magdalena con 31 avistamientos y un total de 296 cormoranes, desde el 10 de diciembre al 14 de marzo.

En León, los ejemplares abatidos fueron 84, un 20% del censo estimable, de los que solo se pudieron recuperar 37 que sirvieron para analizar su control estomacal. Destacando un ejemplar con una trucha de 34 cm, varios más con truchas de entre 20 y 30 cm, dos truchas arcoíris, algunos sin contenido estomacal, otros con comida digerida y tres con abundante presencia de parásitos.

Es ahora que, cuando nuestra especie con carácter preferente se dispone a frezar, por los órganos competentes tanto a nivel de comunidad, nacional o europeo, se tomen las medidas necesarias para que se garantice la sostenibilidad y supervivencia de las poblaciones piscícolas.